miércoles, 30 de mayo de 2012

Pensamientos en Sueños

Hace un par de noches soñé que estaba haciendo algo parecido a senderismo con más gente, un grupo entre 6-10 personas, cerca de una playa. Tuve que volver atrás hacia mi coche, la bala blanca, y veía como una lancha a motor iba disparada hacia la pared de un acantilado y terminaba golpeándose contra la misma. Totalmente Arcade, nada de simulación porque la barca se quedaba intacta y con el golpe salía disparada hacia arriba. Los tripulantes de la embarcación caían al agua y yo gritaba que nos ayudaran mientras acudía al rescate. Cuando estaba cerca de ellos salían del agua y abrían fuego contra nosotros, que tuvimos que poner pies en polvorosa. Mientras el grupo que me acompañaba en la aventura los veía huir por donde habíamos venido, yo seguía por mi cuenta espiándolos, viendo como nos buscaban por aquel recóndito lugar. Yo estaba sujetándome únicamente con la fuerza de mis brazos en unos muros que había en el lugar y nos había llamado poderosamente la atención. Seguía intentando esconderme, vigilando sus pasos, de árbol en árbol, de arbusto en arbusto, de grieta en grieta hasta que me decidí a saltar por encima de uno de los muros y descubrí como unas edificaciones en madera, como si de un campamento minero se tratase. La construcción se veía moderna, los troncos de madera perfectamente colocados. Había encontrado el escondite secreto de gente mala (deducción de que iban armados y nos disparaban porque sí…) y eso no podía traer nada bueno. “Oh no, mierda, me han visto, debo correr”. Alguien de quien aún no sabía su existencia me vio y tuve que saltar a toda prisa aquel muro. Al pasarlo vi que habían capturado a lo lejos a todos mis compañeros y había un montón de gente armada así que solo pude hacer una cosa. Saltar aprovechando que había baja gravedad (sí, un sueño en el que estás casi capacitado a volar debido a la Low Gravity no es un sueño) sobre uno de ellos que llevaba una escopeta como si fuera un jugador de rugby y mientras él aún manejaba la escopeta veía como el tiempo se ralentizaba, casi llegando al tiempo bala y podía apuntar al que creía líder de la banda. No se si llegué a darle, porque justo antes de llegar al suelo me desperté.

Fuensanta opina que eso es de tanto ver películas de acción y tantos juegos violentos. Pero ahora es cuando llega el sueño que tuve anoche, totalmente distinto y por el cual he pedido a dos grandísimas personas que entrasen a leer esto.

El sueño comienza en mi casa cuando recibo una llamada inesperada. Mauricio Munera, una de las mejores personas que he conocido jamás, necesitaba pedirme un favor, tenía que cuidarle al pequeño Mathías durante unos días. Al  poco aparecía en mi casa con el niño en brazos y me lo dejaba a cargo. Fue una imagen fea, el ver a un padre tener que alejarse de su hijo de esa manera. Pero el enano no se daba cuenta de que pasaba. Jugábamos durante horas tirados por el suelo y había un montón de gente correteando también por el sótano, muchos amigos míos y un par de personas que ahora mismo no les pongo cara pero no me sonaban de nada. Mathías me recordaba un montón a mi sobrino cuando tenía su edad, más bueno que el pan, aceptando cada una de las órdenes que se le daban, aunque fuera simplemente llamarlo y que viniera correteando con más torpeza que otra cosa. Me extrañaba no haber visto a Michelle con Mauricio y Mathías así que senté al pequeño a mi lado y nos pusimos a ver FB para enseñarle fotos de sus papás, para ayudarle a que no extrañara tanto el estar sin ellos. Veía fotos que jamás había visto (las cuales, acabo de mirar y tampoco existen jajaja) y el enano venga a decir papá y mamá. Una imagen preciosa del niño haciendo palmas y señalándoos en la pantalla. Y ahí me desperté, viendo la sonrisa del pequeño como última imagen.
No soy de darle mucha importancia a los sueños, ni el primero era tanto como para decir que se me está yendo la cabeza con tanta violencia gratuita, ni el segundo me despierta el sentido paterno aún. Pero lo cierto es que me encantaría volver a veros a vosotros dos y ver por primera vez al pequeño Mathías. Cierro el post como todos los anteriores con la misma coletilla, quedando demostrado que mientras dormimos, tenemos Pensamientos en Sueños.